El Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso se encuentra a las faldas del conjunto arquitectónico de Medina Azahara, a menos de 20 kilómetros del casco histórico de Córdoba. Rodeado por una impresionante vegetación autóctona, se utilizaron restos árabes provenientes de la ciudad de Medina Azahara, donde se ubicaba el palacio construido por el Califa para uso y disfrute de su esposa favorita. De hecho, existe la leyenda que hay un túnel que une la Mezquita de Córdoba con la ciudad palacio para que el Califa pudiera ir a ver a su favorita sin ser visto.
Sin embargo, lo curioso de esta edificación no son los retablos, el patio interior, la iglesia o las antiguas capillas… Lo interesante de este monasterio es cómo una edificación originariamente aristocrática se transformó en la primera sede de la orden de San Gerónimo en España.
<h3>Casualidad o milagro</h3>
<img class=”alignnone wp-image-2345 size-full” src=”https://at.wuku.es/wp-content/uploads/2021/10/monasterio_san_jeronimo_1.jpg” alt=”” width=”1090″ height=”700″ />
Según se relata en el libro “Paseos por Córdoba”, del escritor Ramírez de Arellano, entre los antiguos ermitaños de la Albaida se encontraba el hermano Vasco, portugués de origen, quien después de estar en Italia para perfeccionarse en la vida eremítica, regresó a España con el firme propósito de establecer en España la orden de San Gerónimo, de la que aún no había monasterio alguno.
Mientras vivía en solitario en la zona, vinieron unos compañeros en su búsqueda con los que fue a reunirse con el Obispo de Córdoba para consultarle la posibilidad que tanto tiempo llevaba rumiando en su vida ermitaña. El Obispo no sólo le ofreció protección sino también apoyo. Sin embargo, faltaba lo más importante: el sitio para la edificación del monasterio. Sin éste era imposible la fundación.
Tal era la fe, su aspecto de santidad y la capacidad de alentar que tenía el portugués, que el Obispo hizo propio lograr el terreno para el futuro monasterio. Para ello, concertó una cita con su amiga Inés de Pontevedra, esposa de Diego Fernández de Córdoba, Alcaide de los Donceles. Una reunión que iba a ser determinante para la futura orden de San Gerónimo.
Y es que, uno de los nietos de Inés que estaba enfermo, sana misteriosamente durante el transcurso de la cita que mantiene con el ermitaño. Nadie se atreve a decir si fue una casualidad o un milagro, pero Doña Inés se sintió tan agradecida que dio a escoger al hermano Vasco tres dehesas de su propiedad: dos en la zona de la campiña y la tercera en la sierra, en el enclave conocido como Valparaíso, lugar donde se alza el monasterio.
La donación se realizó en 1394, aunque quedarían por pasar catorce años para que la fundación quedara realmente establecida.
Tras el cierre al que se ha visto obligado el monumento, al igual que otros, con motivo de la pandemia, afortunadamente este monasterio vuelve a abrir sus puertas desde el pasado 25 de septiembre, hasta el próximo 11 de diciembre, pudiendo reservarse la visita, a través de la web: <a href=”https://www.juntadeandalucia.es/cultura/ares/frontOfficeNueva/nueva.html?id=2612&even=VGG&tres=OTR”>https://www.juntadeandalucia.es/cultura/ares/frontOfficeNueva/nueva.html?id=2612&even=VGG&tres=OTR</a>
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